jueves, 1 de diciembre de 2016

¿POR QUÉ HACEMOS LA HUELGA? x RICHARD CAHUANA-UNSCH




¿POR QUÉ HACEMOS LA HUELGA?

Quemarse a diario, caminar, alzar la voz bien alto y arriba, agotarse, no son cosas que, personalmente, me atraigan, nadie va a la huelga porque quiera cansarse, pasar malos momentos, alterar su ritmo diario de vida, nadie va a la huelga porque tenga vocación, no lo hacemos porque nos guste hacer huelga ni porque nos guste perjudicar estudiantes. A mí, por ejemplo, me gustaría nuevamente volver a mi vida de antes, volver a mi casa como de costumbre –es un decir, pues no tengo casa- descansar, leer, pasar tiempo en familia…pero pasa que los recibos cada vez son más caros, el agua se vende –porque el agua se vendió-, la luz se vende, el gas se vende, internet también, el aire aún no –no te vendas nunca, amigo aire-, los alimentos, el vestido, la educación de los hijos…cuesta, y cuesta cada vez más.

Hacemos huelga por necesidad, porque hemos tomado conciencia de nuestra situación cada vez más apremiante, es el motivo que nos impele a salir a las calles, a reclamar un trato justo y digno.





Lenin dice: “cuando la ruina del pueblo llega a tal grado que en las ciudades y en los pueblos hay siempre masas de parados, cuando los patronos amasan enormes fortunas y los pequeños propietarios son desplazados por los millonarios, entonces el obrero aislado se transforma en un hombre absolutamente desvalido frente al capitalista. El capitalista obtiene la posibilidad de aplastar por completo al obrero, de condenarle a muerte en un trabajo de forzados, y no sólo a él, sino también a su mujer y a sus hijos. En efecto, ved las industrias en las que los obreros no han conseguido aún estar amparados por la ley y no pueden ofrecer resistencia a los capitalistas y comprobareis que la jornada es increíblemente larga, hasta de 17 y 19 horas, que criaturas de cinco o seis años ejecutan u trabajo extenuador y que los obreros padecen hambre constantemente, condenados a una muerte lenta….Ni siquiera bajo la esclavitud y bajo el régimen de servidumbre existió jamás una opresión tan tremenda del pueblo trabajador como la que sufren los obreros cuando no pueden oponer resistencia a los capitalistas ni conquistar leyes que limiten la arbitrariedad patronal.



Pues bien, para no permitir verse reducidos a esta situación tan extremada, los obreros inician la lucha más porfiada, los obreros empiezan a alzarse juntos contra sus patronos. Dan comienzo a las HUELGAS…”

Evidentemente no es nuestro caso, pero vale la cita, pues cuando desde el Estado se pagan sueldos tan bajos (como en el caso de los docentes universitarios), cuando desde el Estado se obliga a los profesores a trabajar en horarios largos (hasta las tres de la tarde, como en el caso de los profesores de la básica), se hace entonces necesario comenzar a enfrentar estos abusos.

Ahora, si el nombre de Lenin os parece muy pavoroso, aquí tengo uno mucho más bonito: Deutsch, Karl Deutsch. Que dice: “Nuestras ciudades son redes de política. El agua que bebemos, el aire que respiramos, la seguridad de nuestras calles, la dignidad de nuestros pobres, la salud de nuestros ancianos, la educación de nuestros jóvenes y la esperanza de nuestros grupos minoritarios, están ligados a las decisiones políticas tomadas en el Palacio Municipal, en la capital del Estado o del país.

Casi en todas partes, la gente siente diariamente los efectos de las decisiones de política nacional. Tales decisiones llegan a determinar el almuerzo que los niños comen en la escuela, el nivel de los salarios, los precios de muchos bienes, el costo del crédito, el valor del dinero y las oportunidades de seguir una carrera que tienen los jóvenes. Las decisiones políticas influyen también  en la calidad de la vida –su seguridad e inseguridad, su fealdad o belleza- y otras decisiones políticas determinan las relaciones de los países entre sí y, por lo tanto, probabilidad de guerra o paz.





Si se destruye la civilización y se da muerte a la mayor parte de la humanidad dentro de los próximos veinte o treinta años, ello no ocurrirá por las plagas o la peste: nos matará la política. La política se ha convertido literalmente en una cuestión de vida o muerte.”

Señores profesores, compañeros, no esperaremos –sentados-, que el gobierno, que los señores que se llaman Saavedra, Kuczynski, Humala o García,  la mafia de hoy y de ayer, nos aumentarán la remuneración sólo porque sí, o porque sean sensibles a nuestra situación, no, no lo harán. No lo harán si nosotros no presionamos para conquistar nuestros derechos. Pues a ellos no les importa la educación pública y sienten el mismo rechazo y desdén por la docencia de las universidades públicas como por los estudiantes de dichas universidades. Hay que saberlo: a los delincuentes y a las personalidades trastornadas no les importa la educación ni la formación de los ciudadanos puesto que ellos mismos están deformados.

Sépanlo: a estos señores no les importa la educación ni las universidades públicas porque les produce gasto; y sí les importa las universidades privadas porque les produce ganancia.

Delegado Departamento Académico de Educación y Ciencias Humanas



RICHARD HERNAN CAHUANA CABALLERO- Docente UNSCH




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