sábado, 21 de diciembre de 2013

REFLEXIONES SOBRE NUEVA LEY UNIVERSITARIA ( II)




Por: Severino Castillo Melgar

Si bien en 1918, la Reforma Universitaria cambió totalmente el perfil de la universidad, en los momentos actuales, en un  análisis dialéctico, se impone una nueva  reforma que contemporice su misión y visión, en  relación al contexto y escenario actuales del país y el continente. La situación económica y social es preocupante, ello explica las extremas dificultades del sistema educativo y de las universidades nacionales en particular. Los índices educativos son alarmantes. Sólo el 40 % de los niños que ingresan a la secundaria concluyen sus estudios satisfactoriamente, la mayoría queda en el camino porque tienen que trabajar. En los sectores pobres y de extrema pobreza sólo 1 de cada 10 termina la secundaria y 1 de cada 100 termina la universidad, situación que debe obligarnos a revisar a fondo las políticas públicas, para alcanzar la equidad y reducir la pobreza. También es necesario formar a sus egresados al más alto nivel de calidad, desterrando la mediocridad y afianzando su formación valorativa y actitudinal. La universidad está obligada a hacer ciencia relevante para la región y el país.

Una ley no basta para mejorar la situación caótica del sistema universitario, es necesario que el estado peruano asuma su responsabilidad de priorizar la educación como política de estado, como parte activa de los grandes proyectos de interés público, estableciendo lineamientos de mejora de la educación básica regular y de la universidad pública y privada, garantizando su autonomía y la búsqueda simultánea de su excelencia. Esta será la única manera de continuar la tarea universitaria en el presente siglo.

En los tiempos actuales, la universidad peruana y entre ellas nuestra universidad requieren de una urgente reforma o reestructuración, que contemple aspectos inherentes a la marcha académica, administrativa, de la función esencial de investigación y de compromiso con la sociedad en lo que corresponde a la proyección social y extensión universitaria. Una reforma o reestructuración que surja como necesidad de los propios actores, de sus estamentos, que son los que conocen a profundidad sus dolencias, y no con intromisiones externas, ni con intereses controlistas, que cambiarían la esencia de su autonomía, consagrada en la constitución política del estado.

La universidad peruana en sus tres modalidades: pública, privada sin fines de lucro y privada con fines de lucro, coexisten reguladas por marcos normativos disímiles ( Ley 23733 para las primeras y Decreto Legislativo 882 para la tercera). Estas universidades tienen realidades diversas y por lo tanto diferentes respuestas a los graves problemas que la aquejan; sin embargo, todas ellas tienen un mismo marco constitucional.

El propósito de esta reflexión es la de analizar la situación actual de la universidad pública, que como toda institución nacional atraviesa desde algunas décadas por una crisis académica, financiera y de estabilidad. Esta reflexión debe  también  permitirnos reconocer la obsolescencia y necesidad de cambio de la denominada Asamblea Nacional de Rectores, que se ha convertido en una asociación que so pretexto de la autonomía universitaria ha llevado a una crisis de la universidad peruana. Todos aquellos ilusos que formamos parte del sistema universitario debemos estar convencidos que el problema no se resuelve sólo con el cambio de autoridades o modificando leyes, estatutos o reglamentos como algunos pretenden hacernos creer, tampoco el problema es sólo presupuestal, es necesario abordar con firmeza la mejora de calidad en la universidad. Es pertinente comprender y aceptar que la universidad pública no satisface los requerimientos que la sociedad le plantea.

Existe una errada concepción de la autonomía universitaria, debido a su enclaustramiento, desligada de la responsabilidad que le compete. Anhelamos una universidad autónoma pero con responsabilidad social. La defensa de la autonomía, es la esencia primordial, de la universidad, como concepto de universalidad del conocimiento y de la vigencia del pensamiento libre; por ello, esto de ninguna manera debe significar que la A,N.R  sea sustituida por una Superintendencia de universidades, cuyo propósito tendría consecuencias funestas para la práctica de las libertades en las universidades del país.

Otro aspecto que debemos abordar es que actualmente vivimos un ostracismo universitario, pues, pasamos de ser una universidad pública elitista a ser una universidad más democrática e inclusiva, pero a costa de bajar la calidad académica. Esta forma de gobierno, así como la elección de sus autoridades se ha hecho perniciosa y atenta su viabilidad, genera permanentes conflictos en los claustros universitarios, promoviendo un ambiente propicio para la politiquería y los intereses grupales y personales, relegando al último plano la lucha por la calidad académica. Estos problemas de inestabilidad, desgobierno, informalidad, magra calidad académica y crisis ética y moral, son problemas comunes de todas las universidades públicas del país, propiciadas por un Estado que precisamente promueve su definitivo colapso.

Por ello la respuesta a esta situación debe ser inteligente y concertada, donde la ley sea consecuencia de un debate con la participación de los más connotados intelectuales del país. Una ley, no sólo debe centrar su atención en  resolver  problemas específicos de una universidad en  crisis, sino resolver la problemática general de la educación en el Perú, como Política de Estado, esencial para el desarrollo nacional.


1 comentario:

  1. Estimado Severino:
    Estamos de acuerdo en todas sus partes del artículo que acertadamente escribes en este importante medio, fuera bueno que la comunidad universitaria comente sobre este tema , que es el pan del día para analizar y proponer las modificaciones de la Nueva Ley Universitaria, teniendo en cuenta la situación de la educación en general en el Perú y América Latina, ¿Porqué nos ubicamos al final en la Prueba PISA? y también podría ser todavía oportuno nuestros comentarios para la modificación de las partes esenciales de la nueva ley de la Universidad Peruana, a unto de ser aprobada en el Congreso de la República.

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