A propósito del paro de la semana pasada y de las futuras medidas que seguramente tomaremos en estos días de huelga, va la editorial ¿Para qué sirven las fotografías? del colega Taquiri Yanqui.
¿PARA QUÉ SIRVEN LAS FOTOGRAFÍAS?
Necias Taquiri Yanqui / RPA
Haciéndose el gracioso o cuestionando que un conductor de noticiario radial como yo, esté tomando fotografías en la movilización de los docentes universitarios, con el Rector, el Secretario General del Sindicato y el Presidente de la Federación Universitaria encabezándolas, me hizo pensar, efectivamente, en la utilidad de las fotografías, además de para el recuerdo, obviamente.
En mi caso particular (y con esto respondo al colega, que me estaba diciendo que solo los periodistas gráficos deberían fotografiar), lo hice para -observando a quienes marchaban, que por supuesto no pasaban de doscientos, o tal vez menos-, darme cuenta de quiénes, siendo docentes también, no participaban en la protesta.
Así pude inferir luego, que los ausentes no fueron solamente los que se zurraron con el paro, con su argumento de que ‘con las huelgas no se logran nada’, por lo tanto, y más que nunca, muy alumneros ellos, y atosuficientes, inclusive, ese día dictaron clases hasta poniéndose mandiles blancos, ‘demostrando’ no sé si pureza, ingenuidad o celestial responsabilidad.
En las fotografías, obviamente, no aparecen sus rostros; aunque a un miembro de la directiva sindical, muy habilidoso y cámara en mano, se le ocurrió tomar fotos en clase, traicionando a sus colegas en paro. Tengo registro, yo también, de esos amarillos.
Las fotografías tomadas en la Puerta 1 de la Ciudad Universitaria, y las otras tomadas en la esquina de la Residencia o en el Parque Sucre, etc., también sirven para observar para siempre, porque éstas no pueden mentir, quiénes, poco a poco, se fueron escapando en el camino, disimulándose como patean piedritas, dejando nada más ya que a los zonzos, a terminar la jornada.
¿Ya ves, compadre, cómo las fotografías sirven también a los periodistas de radio? No para mostrarlo a través del programa, sino para con la fotografía ahí adelante, ir notando estos detalles que, finalmente, sirven de insumo para hacer distintos análisis de ciertos comportamientos gremiales. Porque caras vemos y su posiciones desconocemos.
El ejemplo es burdo, pero puede ser didáctico, si de saber para qué sirven las fotografías se trata. Porque hay fotografías y fotografías, y fotógrafos y fotógrafos, también.
Los hay de los que se toman con solamente celulares; los hay de las que se captan con cámaras específicas, y a veces especiales; de los que utilizan microcámaras, de alto pixelaje, que van directamente a la policía o inteligencia. Quién sabe, para qué más se usan fotografías, porque de lo que sabemos, son muchas las razones, y hasta las sinrazones.
Para probar infidelidades, por ejemplo, sirven mucho. Para demostrar lo que con mil palabras no se puede. Para regalar y abultar amistades. Para probar ante la justicia, cosas. Para decir que así fuimos y mira cómo hemos cambiado.
En fin, y para terminar, para lo que dijimos sirven las fotografías. Allá por los años de Toledo, cuando exigíamos homologación en las calles de Lima, y logramos que Weissman anunciara nuestro éxito, tengo registrados a todos los colegas que mano en alto y voz enronquecida, gritaban: ‘San Cristóbal, presente’. De esos colegas tengo sus rostros. Algunos, unos pocos, han sido fotografiados en este paro, dictando clases en horas de lucha. ‘Ayer luchadores, hoy traidores’, dicen las fotografías.
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