martes, 18 de octubre de 2016

NECIAS TAQUIRI: SOBRE PAROS Y HUELGAS


EL PROBLEMA ES QUE, DE OTRA MANERA, NO HAY QUIÉN NOS ESCUCHE
(Editorial - Radio Periódico Alternativa/ 18-10-16)
Necías Taquiri
Pongo a un costado mi condición de periodista y asumiendo mas bien la de docente universitario, profesor de carrera, antes que de egresado de una maestría y un doctorado, porque esas son cerezas en el pastel, adornitos de la ocupación docente o cachos de belcebú; debo decir que, sí pues, los paros y las huelgas son los únicos caminos para ser escuchados. En este país y en el mundo entero.

Contra esta medida han salido a decir, especialmente los padres de familia inconscientes que creen que los docentes somos sus empleados, también las autoridades de turno que, naturalmente, se han perfumado con algunas ínfulas de poder supremo, y el gobierno nacional, el Ministerio de Educación, la SUNEDU, y para colmo algunos periodistas que repiten lo que no entienden: que los paros y las huelgas son perjudiciales, que a nada bueno conducen, que primero deberían unirse los que están divididos, que deberían recurrir a otras formas de lucha, al diálogo, a la gestión directa, etc.

Tendrían razón, si estuviéramos acaso con un gobierno auténticamente democrático, donde a los que proponen, sustentan y convencen, los escuchara. Pero no; y lo sabemos. El ministro ha dialogado con medio mundo universitario, con sus rectores afines y personajes afines a la SUNEDU, han recibido docenas de documentos en la misma línea; ellos mismos, sus representantes, los gonfaloneros de la nueva ley universitaria, planteando que sí pues, la homologación es necesaria, porque los mejores profesionales no van a mosquearse con esa profesión, etc. Sin embargo, ¿onstá? No hay nada, salvo promesas, leguleyadas, trampas, engaños.

“Ah, pues, primero hay que crear una Ley de la Carrera del docente universitario”.

“Y luego establecer un proceso meritocrático para ir atendiendo a los que más merecen”.

“Que los que ingresen por lo menos ostenten una maestría o doctorado”, como si poseerlos fuera necesariamente sinónimo de calidad. Ahí está acuña, que con su doctoradazo, no puede leer ni siquiera lo que se lo escriben. De esos hay muchos, pero dale con el burro a la academia.

Pretextos sobran para no atender lo que con cultura, educación y decencia se exige por las buenas. “Que no hay plata”, por ejemplo; pero sí para los congresistas, sí para la policía, sí para los panamericanos, para la burocracia. Para educación no hay. Y lo que tiene hay que cortar para transferirlo a otro sector.

En fin. Nos pasaríamos la mañana entera explicando por qué los paros y las huelgas son las únicas formas de lograr ser escuchados, en este país. En los ministerios. En los consejos universitarios. En la bundinga o la remandinga.

¿Ya lo ven? En la cúpula de la UNSCH, ya han designado una comisión para atender estos reclamos. Ahí, a lo mejor, se den cuenta que al que quiera investigar en la Universidad, así no posea esos doctorados chicha, así no haya sido escogido como el mejor investigador por sus amigos, lo dejen hacer. Total, no es el cartón lo que garantiza calidad sino el resultado, las formas, los estilos, lo que se ve y comprueba y no un conjunto de papeluchos, a veces comprados en la vuelta de la esquina.

En cuanto al perjuicio de las huelgas. Muchas veces hemos dicho: son perjuicios del momento. Viéndolas a largo plazo, son beneficios para los alumnos, la sociedad, la patria, y aún para esos padres de familia que quieren a sus hijos mejor formados. Pero, ese es un asunto que tal vez ahora no sea necesario abundar.

Eso sí, la posición de los estudiantes, especialmente organizados en la Federación Universitaria, de apoyar a sus docentes, denota madurez, conciencia y solidaridad. Lo propio tendrían que hacer las autoridades, especialmente aquellos que ingresaron a la universidad para ser docentes y saben que estos cargos son pasajeros, la docencia es permanente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario